Baja participación ciudadana: un llamado de atención
Se cerraron las votaciones y el denominador común en todos los establecimientos fue la baja participación ciudadana. Muchos pensaban que la escasa concurrencia en las elecciones pasadas había sido una excepción y que, en esta ocasión, se revertiría esa tendencia. Sin embargo, quedó demostrado que no fue así.
En las PASO, algunos justificaban el ausentismo con argumentos como el desconocimiento sobre qué se votaba, dudas respecto a la obligatoriedad del sufragio, entre otras razones. Pero lo que realmente parece emerger con claridad es un profundo hartazgo por parte de una porción significativa de la comunidad.
Cansa la pelea política sin sentido, el internismo estéril, la soberbia de algunos dirigentes y el uso de las herramientas del poder con fines personales, en lugar de orientarlas al bien común.
Este fenómeno de apatía y desinterés no es exclusivo de una ciudad o región: los bajos niveles de participación se repitieron en toda la provincia. Y si no se produce un cambio profundo, probablemente también se reflejen en las próximas elecciones nacionales.
Es tiempo de que quienes aspiran a representar a la ciudadanía comprendan que hay un nuevo orden social en marcha. Una sociedad que exige una política distinta: más cercana, más clara, y sobre todo, más comprometida con las verdaderas necesidades de la gente.
Y claro está... algunos dirán que hoy hacía frío.
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